El pimiento (Chile, Ají, Morrón) pertenece a la familia de las solanáceas cuyo nombre científico es Capsicum annuum L.
Es una planta herbácea y perenne de ciclo anual. Su porte puede variar desde los 0,5m. hasta más de 2m.
Su hábito de crecimiento es limitado y erecto. A partir de la cruz emite 2 o 3 ramificaciones y continúa ramificándose dicotómicamente.
Su sistema radical es pivotante y profundo con numerosas raíces.
La hoja es entera, lampiña y lanceolada, con un ápice muy pronunciado y un peciolo largo y poco aparente. El haz es liso y brillante, suave al tacto y de color verde más o menos intenso.
El nervio principal parte de la base de la hoja al igual que las nerviaciones secundarias que son pronunciadas y llegan casi al borde de la misma.
La inserción de las hojas es de forma alterna y su tamaño es variable existiendo cierta correlación entre el tamaño de la hoja adulta y el peso medio del fruto.
Las flores aparecen solitarias en cada nudo del tallo. Son pequeñas y constan de una corola blanca.
El fruto es una baya hueca de color variable, semicartilaginosa y deprimida.
Las semillas se encuentran insertas en una placenta cónica de disposición central. Son redondeadas, ligeramente reniformes, de color amarillo pálido y con una longitud variable de 3 a 5mm.
El manejo de los factores climáticos es fundamental para el correcto seguimiento del cultivo.
Es una planta que no soporta heladas ya que exige un clima cálido o templado.
La temperatura mínima para germinar y crecer es de 15ºC mientras que para florecer y fructificar es de 18 oscilando las temperaturas óptimas entre los 20 y 26ºC.
La coincidencia de bajas temperaturas durante el desarrollo del botón floral da lugar a la formación de flores y frutos con alguna anomalía. Por otro lado, las altas temperaturas directamente provocan la caída de flores y frutitos mientras que los saltos térmicos ocasionan desequilibrios vegetativos.
En cuanto a luminosidad es una planta muy exigente, sobre todo en los primeros estadíos de desarrollo y en floración.
La humedad relativa óptima oscila entre el 50 y el 70%. Si la humedad es más elevada, origina el desarrollo de enfermedades en las partes aéreas de la planta, y dificulta la fecundación. Por el contrario, si la humedad es demasiado baja y coincide con altas temperaturas, se produce la caída de flores y frutos recién cuajados.
Requiere de suelos profundos, sueltos, ricos en materia orgánica y con buen drenaje. Ya que es una planta muy sensible a la asfixia radicular.
No es muy sensible a la acidez del suelo, adaptándose bien a un rango de pH entre el 5,5 y el 7.
Es una especie de moderada tolerancia a la salinidad tanto del suelo como del agua de riego.
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