
La Utilización De Las Técnicas Tradicionales En El Silvo – Pastoreo En Cuba Para Ovinos En La Empresa Agropecuaria Manuel Sanguily
Martí llegó a pensar en la repercusión de la agricultura en la educación y en el desarrollo de los pueblos. En su artículo «América Grande» decía que estaba convencido de que el porvenir de los pueblos de América estaba en el desarrollo de su agricultura y que a los niños debía enseñárseles a leer que la riqueza agrícola es la única fuente constante, cierta y pura de riqueza (Martí, 2001).
La ganadería extensiva con animales rústicos, fue la práctica prevaleciente en Cuba antes de 1959, a excepción de algunas vaquerías con tecnologías modernas localizadas en la provincia de La Habana (MINAGRI, 2001). Existían grandes extensiones dedicadas a pastizales, principalmente en suelos con limitaciones para la agricultura, de topografía ondulada, que presentaban árboles forestales y frutales en forma dispersa, cuya función principal era sombrear a los animales.
Numerosas especies pueden ser mencionadas; algunas proporcionan sombra y otros alimentos para los animales, ya sea por su follaje o sus frutos. Entre ellas se encuentran: Samanea saman, la más común en los pastizales de Cuba, cuyo fruto es comido con avidez por el ganado (Roig, 1953); Guazuma ulmifolia, su follaje es comido por rumiantes menores y sus frutos por los cerdos; Cordia collococca (Ateje), alimento preferido de la avifauna y Pithecellobium dulce (Inga). En menor proporción aparecen otras especies como: Spondias mombin, cuyo fruto es consumido con moderación por el ganado vacuno y los cerdos; Mastichodendrom foetidissimum, su fruto lo comen los animales en general y Calophyllum brasiliense var. antillanum (Ocuje) de frutas apetecibles para los cerdos (Roig, 1953).
Con frecuencia en los pastizales se permite la presencia de árboles de alto valor maderable, entre ellos: Bucida buceras (Júcaro), Cedrela odorata, Geoffroea inermis (Yaba) y Swietenia mahagoni. En muchos casos se dejan algunas especies de menor valor económico como: Ceiba pentandra (Ceiba) y otras; representativas de las diferentes formaciones boscosas de Cuba, o introducidas y muy comunes en los campos.
Las especies frutales son también abundantes en los potreros y forman arboledas en las cercanías de las instalaciones pecuarias. Es común observar la presencia de: Anacardium occidentale, Citrus limon, Citrus sp, Cocos nucifera, Crescentia cujete, Mangifera indica, Pouteria mammosa y Psidium guajaba. Crescentia cujete es muy apreciada, pues sus frutos son utilizados tradicionalmente por la población rural como vasijas y recipientes de uso doméstico.
Asociadas a los árboles, en los pastizales aparecen las palmas y se destacan entre ellas: La Palma Real), considerada el árbol nacional y que puede calificarse como de uso múltiple: fructifica todo el año y produce hasta ocho racimos, con un peso medio de 22,7 kg, su fruto (palmiche) es consumido por los animales (cerdos en particular), sus hojas y su madera sirven para la construcción de viviendas rústicas. Según la región fisiográfica, se encuentran además: Acrocomia armentalis, Coccothrinax miraguana, Copernicia sp y Sabal florida (Roig, 1953).
En la provincia de Pinar del Río, en el territorio conocido como «Alturas de Pizarras», se asocia Quercus cubana (Encino) al bosque de Pinus tropicalis. En el macizo, en áreas acuartonadas o abiertas, los campesinos, y las granjas estatales, practican la cría de cerdos y aprovechan los frutos de los encinos (bellotas) para su alimentación, con lo que se obtiene una carne de óptima calidad.
A partir de la década del sesenta, comenzó un programa integral de desarrollo agropecuario que incluyó a la ganadería vacuna, con la transformación de la masa rústica y escasa producción de leche, en una de características lechera y resistente al clima. Asimismo, se constituyeron instalaciones con tecnologías modernas y más de 2 000 dotadas de ordeño mecánico (MINAGRI, 2001).
Simultáneamente se introdujeron nuevas técnicas de manejo como el Pastoreo Racional Voisin que permitía la explotación intensiva de las áreas ganaderas y la utilización de altas cargas, lo que posibilitó elevar en poco tiempo la producción lechera, pero conllevó a eliminar los árboles frutales y forestales y las cercas vivas en áreas extensas, por el concepto erróneo que afectaban la productividad de los pastos, con consecuencias negativas (Voisin, 1963).
Por el contrario, hoy en día tales conceptos han evolucionado y se aprecia una tendencia opuesta: reincorporar al árbol en las tierras de pastizales, que abarcan en la actualidad una superficie de 2,2 millones de hectáreas. En las instrucciones de aplicación del Pastoreo Racional Voisin Mejorado, se propone el establecimiento de árboles de sombra a razón de 100 ejemplares/ha y setos vivos en los linderos exteriores (MINAGRI, 2001).
La asociación de árboles y pastos, como generalidad, presenta una distribución espacial y densidades que varían de 10-50 árboles/ha, que representan un potencial económico por los productos que pueden aportar. Además constituyen una fuente alternativa de alimentos para diferentes especies de animales, y cumplen funciones ecológicas al proteger al suelo de la erosión, al conservar su humedad y al disminuir la evapotranspiración de las plantas.
Ãrboles para forraje.
El empleo de forraje de especies arbóreas como alimento animal (ganado bovino, caballar y ovino-caprino) ha sido una práctica tradicional de la población rural para complementar el régimen alimenticio en el período de sequía. Entre las especies más utilizadas se encuentran: Brusimum alicastrum, Bursera simaruba, Gliricidia sepium, Guazuma ulmifolia, Trophis racemosa. En el caso específico de Erythrina beteroana, su follaje se utiliza en la alimentación de conejos.
En los últimos años se ha difundido por todo el país la utilización sistemática de Leucaena leucocephala en los denominados bancos de proteínas, donde se pastorean los animales directamente. Así mismo, en el Instituto de Investigaciones Forestales (IIF), a escala experimental, se ha utilizado el follaje de algunas especies forestales, como Lysiloma latisiliqua y Pinus caribaea, en la elaboración de harinas que han sido empleadas en la alimentación de pollos de ceba y de gallinas ponedoras, respectivamente.
Pero no sólo es aprovechado el follaje, ya que muchas especies forestales aportan también sus frutos. Es el caso de Samanea saman, árbol ampliamente difundido en los pastizales de Cuba, cuyos frutos son muy apetecidos por los bovinos. Por otra parte, un numeroso grupo de especies autóctonas que forman parte del bosque semicaducifolio sobre suelos calizos, poseen frutos comestibles para los cerdos, aves y fauna silvestre (Roig, 1953): Byrsonima crassifolia, Calophyllum brasiliense, Chrisophyllum oliviforme, Cordia collococca, Guazuma ulmifolia, Manilkara grisebachii, Mastrichodendrom foetidissimum, Oxandra lanceolata, Pseudolmedia spuria, Quercus cubana, Roystonea regia y Spondias mombin.
El estudio se desarrolló en la unidad de crianza ovina, con una superficie de 62,5 hectáreas, perteneciente a la Empresa Agropecuaria Manuel Sanguily. Esta unidad está situada al sur del batey del Central y limita con la carretera La Palma Bahía Honda (Sur), al Este con la carretera La Palma Sanguily, al oeste con el terraplén de Pajaritos y al norte con la comunidad de la referida empresa agropecuaria. La altitud es de 70,43 m sobre el nivel del mar, sobre un suelo Pardo sin carbonatos, en un relieve totalmente llano.
La unidad contó con una nave para el alojamiento de los animales, dividida en 2 secciones la primera para reproductora y sus crías; la segunda para machos, hembras en desarrollo y el semental, una casa para el trabajador y un pequeño almacén de alimentos. El estudio se desarrolló durante el año 2007.
Balance forrajero propuesto
El rendimiento de pasto y forraje y la demanda de MS del rebaño a establecer, se proporcionan en las tablas 2.13, 2.14 y 2.15. Atendiendo a las condiciones de la unidad, se decidió recomendar como pasto base a Digitaria decumbens (Pangola), esta especie según Voisin (1963), puede alcanzar rendimientos de MS/ha/año de 7 kg sin fertilización y en condiciones de secano, presenta entre un 9–14 % de proteína, en tanto su palatiblidad y digestibilidad es alta.
Se recomendó utilizar Acacia mangium como forraje y banco de proteínas por ser esta una especie de alto contenido proteico (13-24%) y un rendimiento de MS superior a los 14 kg/ha/año, también tiene un buen rendimiento estacional e incorpora nitrógeno al suelo (Hernández, et al., 1986). Consideramos que la caña de azúcar (Sacharum officinarum), plantada en áreas aledañas debe utilizarse para la producción de forraje en la época de seca. Especie que puede alcanzar un rendimiento de 10 t MS/ha/año en secano. Las principales ventajas según Martín (2004) radican en su:
• Buena producción de biomasa.
• Amplia adaptación a condiciones edafoclimáticas.
• Producción en la época seca.
• Pocos requerimientos nutricionales.
• Ya están establecidas las plantaciones.
Tiene como desventajas:
• Bajo contenido de nitrógeno
• Alto contenido de fibra
• Desbalance energía/proteína.
Tabla 2.13. Rendimiento estimado de las especies propuestas para la época lluviosa.
Especies Rendimiento (t/MS/ha) Aprovechamiento
(t/MS/ha) Ãrea
(ha) Oferta (t) de MS
Acacia 9 7,6 46,55 353,78
Pangola 6,4 4,2 26,3 110,46
Total 15,4 11,8 72,85 464,24
Tabla 2.14.