La Majestuosidad Y Encanto De Los Tepuyes Venezolanos
Venezuela todavía mantiene paisajes maravillosos, a pesar de la devastación del hombre al plantea a fin de explotar las riquezas que este tiene en pro de lo material. Su Gran Sabana conserva todavía el misterio de los majestuosos Tepuyes que hay que disfrutarlo.
 No nos sorprende como lo manifiesta César Pérez de Tudela, que la investigación, la propiedad en nuestras sociedades de consumo y el placer de viajar son los motivos principales por los que, puede ser que en apenas veinte años, no quede territorio virgen en ninguna región de la Tierra.
 Es importante señalar y recordar, que en Venezuela, donde la abundancia de estas formas es mayor, existen alrededor de 115 tepuyes en la Gran Sabana del sureste, en el borde con Guyana y Brasil. Frecuentemente superan los 1000 m de desnivel con respecto a la jungla circundante. En la cima de estas estructuras la erosión ha creado extrañas formaciones laberínticas. Otro número importante de mesas se encuentra en el Parque Nacional Canaima en Venezuela, que ha sido clasificado como Patrimonio de la Humanidad por las Naciones Unidas (Unesco)
 Tómese en cuenta, que el Orinoco que nace de un tepuy localizado en el estado Amazonas al suroeste de Venezuela es uno de los ríos más importantes del mundo, no tanto por su longitud y caudal (2140 km y algo más de 30.000 m³/s) ni por la extensión de su cuenca (un millón de km² y ni siquiera por las peculiaridades que encierra, sino por su importancia histórica y económica y la significación que ha tenido para Venezuela, país en el que se extiende la mayor parte de su cuenca, con casi las dos terceras partes de la misma. Es probablemente el río más caudaloso del mundo con relación a su cuenca, similar en extensión a la del río Danubio, pero con un caudal que quintuplica al de este último río. El relieve del sur del Orinoco o Guayana es muy variado. Se presentan prolongaciones de macizos y tepuyes.
¿Qué son los Tepuyes? ¿Qué involucran? ¿Dónde están situados? ¿Por qué su majestuosidad? ¿Qué encierran?, son algunas preguntas que se derivan de ellos y ayudan a determinar su alcance, majestuosidad, misterio.
Sobre ellos, nos aporta Wikipedia, que El tepuy es una meseta especialmente abrupta, con paredes verticales y cimas muy planas (aunque no aplica en todos los casos), compuesta de cuarcitas y areniscas con algunos lechos delgados de pizarra, característicos del denominado Escudo de las Guayanas principalmente en la zona de la Gran Sabana venezolana. Igualmente es posible encontrar estas singulares formaciones en menores cantidades y tamaños en el límite con los países vecinos como Guyana, Brasil y Colombia.
Estas montañas son las formaciones expuestas más antiguas en el planeta: su origen data del Precámbrico. Son un complejo entre la frontera norte del río Amazonas y el Orinoco, entre la costa Atlántica y el Río Negro. A lo largo del curso de la historia de Tierra, la meseta se erosionó, y se formaron los tepuys.
Su nombre proviene de una voz del idioma indígena pemón, que significa montaña o morada de los dioses. Los tepuyes tienden a estar individualmente aislados en vez de formar parte de una cadena común. Esta característica frecuentemente los hace ser el ambiente en donde se desarrollan formas evolutivas únicas tanto animales como vegetales. El escritor inglés Arthur Conan Doyle, imaginó en su novela «El Mundo Perdido» que sus cimas eran el hábitat de enormes dinosaurios. Actualmente los tepuyes están protegidos por las leyes venezolanas bajo la figura de Monumentos Naturales y solo a algunos de ellos está permitido el ascenso. Sobre las cimas de estos tepuyes nacen ríos y gigantescas cascadas, siendo quizás la más conocida el Salto Ãngel, la cascada más alta del mundo.
 Los cierto, que cuando uno se decide ir visitarlos, realizar la excursión que nos aleja del mundanal ruido y adentrarnos en sus misterios, los disfruta intensamente.
Están entre las selvas y sabanas, entre el Orinoco y el Carona, la región de los tepuyes, unas montañas de cuarzo y arenisca que se elevan cortadas verticalmente para internarse en los cielos cubiertos de nubes del trópico. Se dice que sus cimas son verdaderas mesetas que parecen sugerirnos que no siempre fueron cimas, sino suelos resistentes a la erosión de milenios, cuyos alrededores se hundieron hasta quedar levantados cientos de metros sobre las actuales superficies selváticas. Centenares de torres y agujas de piedra de gran altura configuran su verdadero paraíso para quienes le gusta escalar.
 Son geológicamente hablando las estructuras emergidas más antiguas del planeta, provenientes del precámbrico, con unos mil quinientos millones de años de antigüedad. Como resulta lógico, en estas formaciones no se encuentran restos fósiles de animales o plantas, los cuales aparecieron sobre nuestro planeta mucho después.
Se trata de los restos de un cobertura sedimentaria de cuarzo que alguna vez cubrió el complejo granítico ubicado entre el borde norte de la cuenca del río Amazonas y el río Orinoco, y entre la costa del Atlántico y el río Negro (Amazona). La erosión producida durante eónes desmanteló parte de aquel escudo, formando estos grandes bloques aislados en donde el proceso de desgaste era menos intenso.
Orográficamente se caracteriza por estar formada por una amplia meseta, con un relieve ligeramente ondulado, pero con bordes bastante abruptos: la carretera de El Dorado a Santa Elena de Uairén pasa de los 200 m de altitud hasta los 1500 m en menos de 30 km, en un lugar apropiadamente denominado La Escalera, como puede verse en la imagen de La Piedra de La Virgen.
Su condición de sabana no se debe a su clima (que es suficientemente lluvioso para sustentar una vegetación de selva) sino a la constitución rocosa y arenosa de los suelos, aunque pueden observarse manchas de selva en algunas depresiones y, sobre todo, selvas de galería junto a los ríos. conforman una clase de mesetas típicas de las Guayanas, las cuales, en la Gran Sabana, alcanzan su máxima altitud en el Tepuy Roraima, con 2 800 m sobre el nivel del mar.
Entre los tepuyes más conocidos se encuentran el Autana, el Pico de Neblina (el más alto de todos, en Venezuela y limitando con Brasil, es además el punto más elevado cerca de este último país), el Auyantepuy que es un gigante entre las mesetas grandes. Abarca 650 km² y tiene un pico casi 3000 m. Esta meseta tiene una superficie de 700 km². Desde su cima se precipita la cascada más alta del mundo.
Alcanzó fama internacional en 1935 cuando la caída del Salto Ãngel fue descubierta accidentalmente por Jimmy Angel, piloto que se estrelló con su avioneta en la cima, el Roraima se debe destacar que el origen de la palabra «Roraima» no esta bien definido, los primeros exploradores en el area encontraron que muchos Pemones locales se referían a esta montaña como «La madre de todas las aguas», nombre muy apropiado debido a que desde su cima caen numerosas cascadas de agua, las cuales son la fuente de los ríos Orinoco, Esequibo y Amazonas. Su nombre se deriva de dos palabras en la lengua Pemón: Roro – Ima: Roro: Verde-Azulado, Ima: Gran. Por lo tanto Roraima en Pemón significa Gran Verde-Azulado, el Kukenan (desde donde cae la 2ª o 10ª catarata más alta del mundo – Salto Kukenan ), y Sarisariñama (con la fosa de hundimiento más grande del mundo). Están además los de Chimantá Aracamuni, Sopapo y otros.
Se dice que el Autana es el objetivo de los caprichosos viajeros que quieren ser conducidos a la insólita montaña, darse un paseo entre las orquídeas gigantes y subirse en el helicóptero antes que los vientos y las tormentas eléctricas les obliguen a sobrevivir a un precisos vivar alumbrado por los rayos como lo destaca Cesar Pérez.
Se destaca, que dada la imposibilidad de acumulación de humus debido al viento y la accidentada constitución del terreno, el suelo de estas mesetas es pobre en nutrientes, lo que ha generado una variedad particularmente acentuada de plantas carnívoras.
La vegetación de los tepuyes está expuesta a rigurosas condiciones climáticas que varían desde intensas precipitaciones a una elevada radiación solar en días despejados, unidos a fuertes vientos, escasez de nutrientes y bajas temperaturas. Por eso, gran parte de la flora tepuyana es endémica de estos parajes, y en general las plantas presentan notables modificaciones o adaptaciones para sobrevivir.
Los tepuyes de la Gran Sabana se caracterizan por tener sus cumbres dominadas por superficies rocosas, limitando la presencia de las plantas a las grietas y hendiduras de la roca, ya que en estos lugares suelen acumularse suelos incipientes que favorecen su desarrollo. Si tiene la oportunidad, vaya a la Gran Sabana y compruébelo, un panorama que jamás olvidará… simplemente, visítelos.