Romeo Castellucci: «El teatro no puede ser un hábito porque cae …
Era una trampa, como una planta carnívora. En un momento dado la trampa te atrapaba. La pieza explotaba cuando no había nadie en escena y podías escuchar lo obsceno, lo obsceno fuera de escena. Tan sólo el ruido de la violencia, terrible, no explícito …
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