No hay jardín gallego sin camelia. En pazos, en parques y alamedas urbanos, o en el el huerto más humilde no falta una camelia.
Es la flor por excelencia de Galicia.
El origen de las primeras camelias que se plantaron en Galicia aún hoy es una incógnita, pues no existen documentos. Se sabe que los ejemplares más antiguos están repartidos por los pazos de Galicia. Localizar estas plantas originarias fue la misión de esta bióloga de la Estación Fitopatólogica de Areiero, que lleva una década catalogando las camelias más viejas de los pazos.
Hay pazos con más de cincuenta camelias. Los técnicos de la Estación Fitopatológica de Areeiro visitan una media de tres pazos al año;’recogen varias flores y toman medidas de la altura y perímetro de cada ejemplar.
Despues en el laboratorio se clasifica cada planta por el color y la forma de la flor y de las hojas. No siempre resulta fácil identificar algunas camelias. Y es que hay miles de variedades por todo el mundo y cada año siguen apareciendo nuevas variedades.
El equipo de investigación recuperó germoplasma de 35 variedades de camelia japónica. En Galicia hay especialistas en esta planta. Este centro lleva más de veinte años investigando cómo mejorar los métodos de cultivo y su producción en vivero. Es la planta a la que mas proyectos ha dedicado la Unidad de Ornamentales y Fruticultura.
El año pasado fue designado centro oficial para la identificación y conservación de las camelias históricas de todo el mundo.
La camelia es una flor que levanta pasiones. Todos los años se le dedican en Galicia exposiciones y se celebra un concurso internacional en el que compiten los mejores coleccionistas gallegos. Son auténticos concursos de belleza.
Este matrimonio de Valga es el ganador de la Camelia de Oro en las dos últimas ediciones del concurso internacional. En su finca tienen una espectacular colección de 500 camelias.
Una colección nunca está completa. Hay camelias de todas las especies traídas de Italia, de Estados Unidos, entre ellas algunas variedades raras.
Estos coleccionistas crearon un nueva variedad de camelia a la que bautizaron La Bella Otero.
Este aficionado de Padrón ganó el premio al cultivador más joven. Empezó a coleccionar camelias hace 15 años. En su jardín de Extramundi cultiva 280 camelias. Y cada una de una variedad diferente.
Este coleccionista hace estaquillas, injertos y alguna hibridación artificial. Su pasión son las camelias amarillas.
Esta planta exótica es la que mas exportan los viveros gallegos. En Tomiño está uno de los viveros más importantes de camelia: «Viveros Rio Tollo». El 50 por ciento de la producción es camelia: en este vivero se preparan un millón cuatrocientas mil esquejes de camelia de 50 variedades.
Este vivero produce al año 450 mil camelias en sus invernaderos que ya ocupan diez hectáreas. Las camelias de Tomiño se exportan a Holanda y a Francia.
La camelia forma parte del patrimonio botáncio de la jardinería gallega. Un patrimonio que estaba sin catalogar.
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